"Una carrera que tiene como eje fundamental la cuestión de la investigación"
1. Opinión general sobre el plan de estudio de la Carrera de Sociología (relación con contexto social y académico general y de la UBA en particular, defectos, virtudes, potenciales cambios).
Yo creo que la estructura general del plan de estudios de la carrera es una estructura que en términos generales tienen una posición correcta. Creo que engancha una cuestión fundamental que tiene que ver con la identidad de la carrera que tiende a la formación de investigadores (…) Tiene, en términos ideales, una buena formación de teoría, tiene una preocupación por que la perspectiva histórica, de acuerdo a las grandes tradiciones, aparezca con fuerza. Sin lugar a dudas incorpora una cuestión que para mí es fundamental que es pensar en la investigación. Que para eso aparecen las metodologías y para eso aparecen los seminarios y los talleres. En donde la formación teórica, la formación técnico metodológica, posibilitan que una persona esté en un seminario, en un taller, y ahí se produzcan, digamos, espacios de ensayo, o a veces de realización efectiva de lo que puede ser una investigación. (…)
Eso, insisto, en términos formales. Y yo creo que no hay que subestimar esa cuestión de formalidad, porque la construyeron miembros de una generación que tenían una preocupación muy fuerte por recuperar elementos centrales de la teoría social. Primero que las grandes columnas de la teoría social tiene que ver con esos grandes clásicos de fines del siglo XIX, principios del siglo XX, que son los que arman la teoría social contemporánea. Que en todos los casos responden a una perspectiva de mirada materialista sobre el mundo, y que por otro lado tienen una preocupación fuerte por una perspectiva histórica. Entonces las materias históricas, las de análisis de la sociedad argentina, son un eje central y fundamental del programa. Yo creo que eso es algo absolutamente importante para rescatar. Por otro lado, digo, existen problemas que tienen que ver con las actualizaciones, la carrera de sociología tiene como importantes formas de problematizar cuestiones del mundo contemporáneo a través de los seminarios. Tiene seminarios sobre género, sobre salud, sobre economía… las materias, que son mal llamadas optativas, y los seminarios, cubren una amplia gama de problemas teóricos y de problemas sociales construidos desde la perspectiva social. Yo creo que eso no hay que subestimarlo. Cualquier modificación que uno pueda hacer, no la está haciendo sobre la nada, la está haciendo sobre un plan de estudios que lo construyeron referentes de las ciencias sociales que provenían de las mejores tradiciones problematizadoras y críticas de la década del 60, entonces, no es un plan cualquiera.
Los problemas que tenemos tienen que ver con la adaptación burocrática a ciertas reglamentaciones que pueden existir en la Universidad de Buenos Aires y que no contemplan las especificidades de la Carrera de Sociología. Y por otro lado, tenemos un grave problema que es la organización neoliberal del sistema científico (…) El credencialismo adquirió un papel más que significativo. No es para rechazarlo, pero el credencialismo como un fin en si mismo tiene problemas que nosotros debemos poder abordar. Por eso digo, el problema del plan de estudios de la carrera de sociología, es un problema que debe relacionarse con la organización del sistema académico científico producto de la hegemonía neoliberal. Ese plan de estudios tiene algunos elementos valiosos. Nosotros debemos esforzarnos por hacer cumplir algunas cosas que a veces no podemos, que es, por ejemplo: profundizar la relación con la investigación desde los primeros años de la carrera. Ahora se está haciendo una experiencia piloto que está cargo del equipo del profesor Juan Carlos Marín y de la profesora Edna Muleras, que para nosotros, es realmente una conquista. Es una experiencia piloto, pero es una experiencia que yo considero singular inclusive a nivel internacional. Porque no es una reflexión técnica sobre la investigación. Es una reflexión científica sobre los límites ideológicos que existen en la producción de conocimiento, cuáles son los obstáculos epistemológicos que aparecen desde el principio en el proceso de producción de conocimiento. Ese es un problema fundamental. Nosotros deberíamos poder incluir esta experiencia piloto como un elemento central, desde los primeros años, para que todos los estudiantes puedan acceder a él.
(…) Tenemos una gran tradición, aunque la Universidad está en decadencia, porque la UBA está irremediablemente en decadencia (tenemos 5 veces menos presupuesto que San Pablo, 8 veces menos presupuesto que la Universidad de México, no tenemos bibliotecas que sean importantes). Y no es todo presupuesto, como dicen los neoliberales, pero sin embargo, 5 veces menos, 8 veces menos… El Estado no tiene políticas universitarias, no las quiere tener. O si se quiere, las tiene por ausencia, y lo que continúa son las políticas agresivas que se desarrollaron durante la década de los 90. Sigue la Ley de Educación Superior tal como está, sigue la CONEAU tal como está, siguen los sistemas de incentivos tal como están, y por lo tanto sigue entrometiéndose el Ministerio de Educación en la manera de clasificación, de prestigiamiento y de evaluación de credenciales de los investigadores de la universidad. Eso es un tema fundamental, y que tiene resolución política. Por eso yo digo no es un problema técnico del Plan, el Plan tiene que afianzar, promover y profundizar cuestiones que ya tiene, que son el perfil de formación de investigadores. Nosotros no queremos técnicos que solucionen puntualmente un problema. Nuestros profesionales bien formados tienen que poder resolver esos problemas técnicos, por supuesto, pero están en la Universidad de Buenos Aires, están en la carrera de Sociología de grado de 5 años y deberían poder pensar en problemas sociales, políticos y económicos significativos que hay detrás de la resolución de esos problemas técnicos. Entonces, incentivar la existencia de Talleres, que nosotros tenemos pocos, es algo que estamos tratando de hacer y me parece que sería importante. Porque algunos de los límites que tenemos con los Seminarios es que en los Seminarios quizás no existe una posibilidad de desarrollar todo el proceso de investigación (…)Nuestra Facultad tiene un plus que la convierte en un verdadero centro político cultural. Ese es el plus de nuestra facultad que todavía sigue funcionado, aún en decadencia. El plan de estudios no necesita modificaciones radicales, necesita profundizar un espíritu que es el de formación de investigadores. Y para eso necesita quebrar ciertos obstáculos burocráticos que existen en la Universidad de Buenos Aires, y que nosotros estamos en este momento, metidos en esa lucha.
2. ¿Qué son las orientaciones? ¿qué entidad real tienen actualmente? ¿es necesario potenciarlas o hay que pensar otras formas de construcción de pensadores sociales críticos? Sí es necesario potenciarlas ¿cómo? Si es necesario pensar otras formas ¿cuáles?
Yo creo que las orientaciones están bien pensadas también en ese viejo plan de estudios. Lo que ocurrió fue que como nosotros tuvimos un proceso de transformación del sistema académico científico desde esta perspectiva absolutamente individualista, no tenemos espacios de reunión de nuestros profesores. No tenemos espacios salvo una miserable sala de profesores, en donde los profesores puedan reunirse, puedan recibir a sus alumnos. Son cuestiones fundamentales. Entonces, las orientaciones en términos formales tienen una virtud. Lo que ocurrió durante todo este tiempo es que las orientaciones se transformaron puramente en una formalidad. Y que en algunos casos, porque tenían una inserción muy fuerte en ámbitos extra carrera, de personas que son investigadores del Instituto Germani, que son profesores de la Facultad, que están en una Asociación que agrupa la orientación, a todos los miembros de esa asociación como la Asociación de Estudios del Trabajo están dentro de una orientación. Participan de proyectos de investigación comunes. Entonces uno podría decir por ejemplo: la orientación sociología del trabajo es una orientación que funcionaba sola porque había espacio de encuentro, de reunión, de debate y de discusión. Instituciones como una revista, como centros por los que circulan los profesores que le daba mucha mayor vitalidad. En algunos otros casos también es similar. Pero otras quedaron con la capacidad potencial, pero simplemente con el letrero arriba.
(…) A nuestras materias que están en la segunda parte del curriculum de la carrera de sociología también se les puso ese nombre [optativas], sin embargo son materias que, entre otras cosas, están integradas por profesores que hace 20 años están trabajando en nuestra carrera, que la identidad de la carrera está dada entre otras cosas por la existencia de esas materias y de esos profesores (…) Yo creo que no son en el sentido formal materias optativas, y esto es una discusión burocrática absurda, porque lo que nosotros queremos hacer es convertir las orientaciones en verdaderas áreas de investigación y docencia. Pero para eso es imprescindible que nuestros profesores puedan concursar, porque en la reglamentación de la UBA, estos espacios quedarían sin poder concursar. (…) Que las orientaciones sean concursadas. Este es el primer paso, me parece a mí, fundamental para darles una identidad fuerte a las orientaciones (…) Si los profesores están concursados, es un primer paso. Otro paso que es importante para lograr esto es que nosotros tenemos que pelear, primero por los concursos. Ahora bien, en las actuales condiciones presupuestarias, vamos a lograr estos concursos. Igual, vamos a tener un límite fuerte que es que muchos de estos concursos, quizás, responden a lo que existe como capital económico dentro de la facultad. No va a haber un peso de más. Entonces si algunos profesores que están acá, como interinos, tienen designaciones semi exclusivas o exclusivas, se podrá llamar a exclusivas. Si no, se llamará con la que tienen simple. Entonces, yo digo, este es un primer cambio estructural importante porque si nosotros pudiésemos lograr fortalecer las orientaciones, generaríamos una discusión contra la forma de organización hegemónica del sistema científico. Es decir, si tenemos orientaciones con profesores que tienen distintos equipos de investigación, todos los profesores de las orientaciones son profesores – investigadores, todos están en el CONICET, todos tienen proyectos UBACyT, tienen proyectos de cátedra, tienen proyectos de la Secretaría de Ciencia y Técnica, tienen equipos de investigación, son personas que tienen experiencia en investigación. Si las orientaciones funcionan como tales y se pueden relacionar entre sí los diversos equipos de investigación y los profesores, con un paraguas común que es el de la orientación, yo creo que se produciría un salto cualitativo. Para no ser ingenuos esto es parte de una lucha política que venimos dando hace mucho tiempo y yo digo, lograr los concursos que esperamos lograr para el próximo año va a ser un escalón importante. Pero además, lo que uno no debería olvidar es que, debería poder hacer esto, a partir de conseguir mayor presupuesto y nosotros creemos que es imprescindible que sociología tenga dedicaciones exclusivas. Y no es una locura pensar esto, es algo absolutamente posible. Digamos, la única manera de romper el clima de fragmentación que puso el neoliberalismo de los ’90 de una manera estructural es reconstituir los lazos quebrados en la comunidad académica fragmentada. ¿Cómo se hace? Primero yo creo que hay que conseguir edificio, que esos edificios contemplen oficina de profesores, que los equipos de investigación se puedan reunir en el Germani y en las carreras también y hacer propuestas, y eso es parte de una lucha política, por un porcentaje importante de dedicaciones exclusivas para la carrera de Sociología. Una carrera que tiene como eje fundamental la cuestión de la investigación, debe poder tener un porcentaje importante de dedicaciones exclusivas. Eso, de la única manera que se consigue, es mediante la lucha política, y yo diría mediante la lucha política agresiva, porque no hay otra forma. Las buenas maneras, que también se usan digamos, todos los funcionarios negociamos permanentemente, encontramos formas, nos sentamos en los sillones del rectorado, en el decanato, nos sentamos en todos los lugares que haya que sentarse. Pero digo, la cuestión de la negociación, obviamente por el edificio y por las dedicaciones exclusivas que yo creo que es fundamental, tiene que ser una lucha.
(…) Yo creo que el primer escalón es lograr los concursos. Que ya hemos dado un paso importante logrando un consenso de los profesores en el marco de la divergencia, una cuestión que es un objetivo fundamental: que los profesores de las optativas tienen que concursar. A partir de este escalón nosotros tenemos que conseguir afianzar la orientación como un área de estudio e investigación. Las orientaciones son valiosísimas si uno las puede hacer funcionar de esta manera. Hasta ahora no han podido funcionar, salvo excepciones insisto, de una manera aceitada.
(…) A nuestras materias que están en la segunda parte del curriculum de la carrera de sociología también se les puso ese nombre [optativas], sin embargo son materias que, entre otras cosas, están integradas por profesores que hace 20 años están trabajando en nuestra carrera, que la identidad de la carrera está dada entre otras cosas por la existencia de esas materias y de esos profesores (…) Yo creo que no son en el sentido formal materias optativas, y esto es una discusión burocrática absurda, porque lo que nosotros queremos hacer es convertir las orientaciones en verdaderas áreas de investigación y docencia. Pero para eso es imprescindible que nuestros profesores puedan concursar, porque en la reglamentación de la UBA, estos espacios quedarían sin poder concursar. (…) Que las orientaciones sean concursadas. Este es el primer paso, me parece a mí, fundamental para darles una identidad fuerte a las orientaciones (…) Si los profesores están concursados, es un primer paso. Otro paso que es importante para lograr esto es que nosotros tenemos que pelear, primero por los concursos. Ahora bien, en las actuales condiciones presupuestarias, vamos a lograr estos concursos. Igual, vamos a tener un límite fuerte que es que muchos de estos concursos, quizás, responden a lo que existe como capital económico dentro de la facultad. No va a haber un peso de más. Entonces si algunos profesores que están acá, como interinos, tienen designaciones semi exclusivas o exclusivas, se podrá llamar a exclusivas. Si no, se llamará con la que tienen simple. Entonces, yo digo, este es un primer cambio estructural importante porque si nosotros pudiésemos lograr fortalecer las orientaciones, generaríamos una discusión contra la forma de organización hegemónica del sistema científico. Es decir, si tenemos orientaciones con profesores que tienen distintos equipos de investigación, todos los profesores de las orientaciones son profesores – investigadores, todos están en el CONICET, todos tienen proyectos UBACyT, tienen proyectos de cátedra, tienen proyectos de la Secretaría de Ciencia y Técnica, tienen equipos de investigación, son personas que tienen experiencia en investigación. Si las orientaciones funcionan como tales y se pueden relacionar entre sí los diversos equipos de investigación y los profesores, con un paraguas común que es el de la orientación, yo creo que se produciría un salto cualitativo. Para no ser ingenuos esto es parte de una lucha política que venimos dando hace mucho tiempo y yo digo, lograr los concursos que esperamos lograr para el próximo año va a ser un escalón importante. Pero además, lo que uno no debería olvidar es que, debería poder hacer esto, a partir de conseguir mayor presupuesto y nosotros creemos que es imprescindible que sociología tenga dedicaciones exclusivas. Y no es una locura pensar esto, es algo absolutamente posible. Digamos, la única manera de romper el clima de fragmentación que puso el neoliberalismo de los ’90 de una manera estructural es reconstituir los lazos quebrados en la comunidad académica fragmentada. ¿Cómo se hace? Primero yo creo que hay que conseguir edificio, que esos edificios contemplen oficina de profesores, que los equipos de investigación se puedan reunir en el Germani y en las carreras también y hacer propuestas, y eso es parte de una lucha política, por un porcentaje importante de dedicaciones exclusivas para la carrera de Sociología. Una carrera que tiene como eje fundamental la cuestión de la investigación, debe poder tener un porcentaje importante de dedicaciones exclusivas. Eso, de la única manera que se consigue, es mediante la lucha política, y yo diría mediante la lucha política agresiva, porque no hay otra forma. Las buenas maneras, que también se usan digamos, todos los funcionarios negociamos permanentemente, encontramos formas, nos sentamos en los sillones del rectorado, en el decanato, nos sentamos en todos los lugares que haya que sentarse. Pero digo, la cuestión de la negociación, obviamente por el edificio y por las dedicaciones exclusivas que yo creo que es fundamental, tiene que ser una lucha.
(…) Yo creo que el primer escalón es lograr los concursos. Que ya hemos dado un paso importante logrando un consenso de los profesores en el marco de la divergencia, una cuestión que es un objetivo fundamental: que los profesores de las optativas tienen que concursar. A partir de este escalón nosotros tenemos que conseguir afianzar la orientación como un área de estudio e investigación. Las orientaciones son valiosísimas si uno las puede hacer funcionar de esta manera. Hasta ahora no han podido funcionar, salvo excepciones insisto, de una manera aceitada.
grande lucas!
ResponderEliminar