domingo, 5 de julio de 2009

Entrevista a Cristian Castillo

"El plan de estudios peca de ahistórico"

1. Opinión general sobre el plan de estudio de la Carrera de Sociología (relación con contexto social y académico general y de la UBA en particular, defectos, virtudes, potenciales cambios).

El Plan de Estudios de la Carrera de Sociología, si bien tiene bastante flexibilidad para poder actualizado, tiene a mí entender seis principales problemas.
El primero tiene que ver con que en la currícula sólo se empiezan a tratar temas vinculados a la realidad social actual recién cuando los estudiantes tienen tres o cuatro años de estar en la carrera. En ese sentido, más allá de los esfuerzos que hace individualmente cada docente o cada cátedra por relacionar lo que se estudia con los procesos sociales que nos rodean, el plan de estudios peca de ahistórico. Sólo en Análisis de la Sociedad Argentina, una de las últimas materias obligatorias que se cursan, y en algunas de las optativas se estudian los problemas sociológicos de nuestro tiempo.


Esta falencia podría comenzar a corregirse incluyendo al comienzo del programa dos materias que podrían ser denominadas algo así como “Problemas sociológicos contemporáneos de Argentina y América Latina” y “Problemas sociológicos del mundo contemporáneo”, donde se planteen los principales temas de debates que cruzan hoy a las ciencias sociales, con programas que puedan variar de año en año según los cambios que se presenten. Hoy, por ejemplo, sería una forma de tratar desde el inicio de la carrera la crisis capitalista internacional, que es el fenómeno económico, social y político más relevante que estamos viviendo. De esta manera podríamos contextualizar los distintos cuerpos teóricos que van a estudiarse en la carrera.
Un segundo problema está relacionado con la ausencia de algunos autores importantes. En el caso del marxismo se ve poco y nada de la obra los grandes marxistas clásicos como Lenin, Trotsky o Rosa Luxemburgo (o Mariátegui para tomar el caso de un marxista latinoamericano relevante) así como tampoco autores marxistas que intervienen en los principales debates contemporáneos, como Alex Callinicos, Daniel Bensaïd o David Harvey, por sólo dar unos pocos nombres. O de otros cuya obra fue de relevancia en la posguerra y tampoco vemos en la carrera, como podría ser el caso de Ernest Mandel o Perry Anderson. Hay también una ausencia de los autores enrolados en lo que se conoce como “teóricos del sistema mundial”, como Wallerstein o Arrighi o de autores importantes en la tradición del marxismo latinoamericano como Florestan Fernandez. En el caso de Wallerstein tenemos la paradoja que estuvo hace dos años en la facultad para los 50 años de la carrera pero prácticamente no se lo lee en ninguna matera. Tampoco se lee prácticamente a Adorno, con quien no concuerdo en muchos aspectos centrales de su teoría, pero del que nadie puede negar su relevancia dentro de la tradición sociológica. En nuestra carrera se lee a Marx al comienzo de la misma pero progresivamente el marxismo comienza a desaparecer del tronco de las materias sociológicas. Peor aún, es común ver que se recurre a una caricaturización y denostación del mismo, en general con poco conocimiento de causa. Esto es particularmente grave cuando sin el conocimiento de la obra de Marx y sus continuadores es muy difícil comprender la crisis capitalista que estamos viviendo. Las cátedras paralelas serían para mí la única forma de dar solución a esto, de manera tal que los estudiantes puedan elegir si priorizan el estudio de autores de tradición marxista o de otra corriente.
Un tercer punto tiene que ver con la débil formación filosófica, que está restringida a una sola materia. Creo que por lo menos habría que agregar una filosofía más.
Un cuarto aspecto está relacionado con la investigación, que en el plan de estudios está relegada para el final de la carrera, con la cursada de las 200 horas de investigación. Algo se ha comenzado a hacer con la posibilidad para algunos estudiantes de comenzar una experiencia al comienzo de la carrera, pero esto hay que verlo sólo como un inicio. Hay que profundizar en esta dirección, ya que por la propia experiencia que he tenido en equipos de investigación hay una energía y avidez en los estudiantes de los primeros años –a quienes les gusta mucho tener experiencias “en campo”- que hay que explotar en su formación inicial como futuros investigadores.
Una quinta cuestión está relacionada con la ausencia real de cátedras paralelas en las materias obligatorias, ya que la elección sólo puede hacerse por turno de cursada. Sería partidario de más cátedras por materia, de manera de tener real acceso a una diversidad de posibles abordajes para cada tronco temático de materias. Por ejemplo, en el tronco sociológico creo que no se trata sólo de ver el conjunto de autores que se tratan a través de las distintas materias (Sociología General, Historia del Conocimiento Sociológico I y II, Sociología Sistemática y Sociología Política) sino que sería interesante que estas materias estén dadas en cátedras alternativas que expresen cada una a las principales corrientes que cruzan el debate sociológico.
Un sexto punto tiene que ver con la ausencia de relación directa de la carrera con las organizaciones de trabajadores y sectores populares. Yo creo que sería muy importante realizar convenios para investigar conjuntamente con ellas.

2. ¿Qué son las orientaciones? ¿qué entidad real tienen actualmente? ¿es necesario potenciarlas o hay que pensar otras formas de construcción de pensadores sociales críticos? Sí es necesario potenciarlas ¿cómo? Si es necesario pensar otras formas ¿cuáles?

Las orientaciones tienen que ver con la posibilidad de cada estudiante de “orientar”, valga la redundancia, su licenciatura, cursando cinco materias vinculadas a la temática elegida, como podrían ser “Sociología de la Cultura”, “Diagnóstico Social”, etc.. Había cinco orientaciones que ahora se han ampliado a más del doble. Este proyecto fue aprobado en la Junta de Carrera y en el Consejo Directivo de la Facultad, pero falta que lo sea en el Consejo Superior de la UBA. También cada estudiante puede armar su propia orientación, previa autorización de la dirección de la Carrera. Por ahora son sólo una minoría de estudiantes los que optan por una licenciatura orientada. En mi opinión, la mayor potencialidad de las mismas pasaría por una articulación entre las distintas materias y seminarios que tratan temas afines, de forma tal de constituir ámbitos para la reflexión y la investigación en común entre las diferentes cátedras, que hoy trabajan en general aisladamente. Esto a la vez permitiría organizar debates extracurriculares sobre los temas de cada orientación, que creo podrían ser algo muy interesante. Si bien se realizaron algunas reuniones el año pasado lo cierto es que no se avanzó demasiado y las reuniones realizadas tuvieron esencialmente un objetivo demasiado coyuntural.
Yo creo que algo muy importante es que la carrera fomente el debate público de temas relevantes que competen a lo que en ella se estudia. Temas que en general son tratados por los medios de comunicación de acuerdo a los puntos de vista de las clases dominantes y que podríamos confrontar. La articulación entre materias afines podría facilitar esto, así como la edición de publicaciones temáticas.

3. ¿Qué es la resolución 22/10 del Consejo Superior? ¿Qué problemas representa para nuestra Carrera?

La resolución 2210 establece que el conjunto de lo que nosotros denominamos “materias optativas” deben dividirse en “materias optativas” y “materias electivas”. Las que fueran incluidas en el primer ítem sólo podrían dictarse un cuatrimestre, mientras que a las primeras les correspondería un régimen similar al actual. Es una resolución que nada tiene que ver con las condiciones reales de la currícula de nuestra carrera –donde las actuales materias optativas conforman una parte muy importante del plan de estudios- y que puede ser utilizada para bajar materias y seminarios. Por eso es necesario luchar por su derogación, más allá que por el momento no se haya aplicado o, mejor dicho, hayamos considerado en la Junta de Carrera que no íbamos a hacer diferencias entre las materias “no obligatorias”. Insisto hay que plantear su derogación lisa y llana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario